El prefijo “neuro” está de moda. A toda disciplina a la que se pueda añadir el elemento “neuro” ganará en interés y modernidad. Por ejemplo ya usamos neuromarketing, neuroventas, neuroeconomía, neuroliderazgo, neuroseguridad, neurocultura y muchas más. Pero hoy queremos profundizar en lo que hemos denominado neuroorganizaciones.
Utilizar el prefijo “neuro” hace referencia a una nueva perspectiva. Se trata de tener en cuenta cómo funciona la mente humana y cómo se produce la toma decisiones para abrir nuevas líneas de trabajo.
Por ejemplo, Neuromarketing es el estudio de los procesos cerebrales que desarrolla el consumidor y que intervienen en su decisión de compra para, en función de ello, adaptar la estrategia de marketing de la empresa. Por su parte, el Neuroliderazgo se propone optimizar la función directiva y la influencia positiva en el entorno de negocio a través del conocimiento de las funciones cerebrales en su sentido más amplio.
Utilizando esta misma perspectiva, NeuroOrganizaciones son aquellas que readaptan su estructura, modelo organizativo, procesos y estrategia para proporcionar un marco en el que tanto las personas como los equipos puedan optimizar el proceso de toma de decisiones.
Son tres las ventajas principales que se obtienen:
- Aumento de la calidad de las decisiones tomadas (tanto individualmente como en equipo). Las decisiones estarán mejor adaptadas a las necesidades de la organización, serán más globales y tendrán mayor impacto en los resultados de negocio.
- Reducción de los costes del proceso, ya que se simplifican y diversifican los sistemas para la toma de decisiones y
- Mayor implicación, compromiso y satisfacción de las personas involucradas.