Hoy te propongo un reto interesante y que consiste en mejorar tu satisfacción y tu rendimiento en relación a tu trabajo. No sólo es posible, verás que con esta metodología, también es relativamente fácil conseguirlo.
En primer lugar, debes responder dos preguntas.
- ¿Cuál es tu nivel de satisfacción con tu trabajo? ¿Puedes ponerle una nota de 0 a 10? Escribela.
- ¿Qué nota le pondrías a tu nivel actual de rendimiento? Escribela también.
Si crees que esas dos notas podrían ser más altas, sigue leyendo y descubre las claves de cómo mejorar tu satisfacción a la vez que mejoras tu rendimiento. La metodología que voy a proponerte, consiste en aplicar nueve consejos.
Pero antes, voy a repasar los fundamentos en los que se basa la metodología que te permitirá disfrutar más de tu trabajo.
Estarás de acuerdo conmigo en dos ideas. La primera, que el resultado de una tarea afecta a la satisfacción que se siente al finalizarla. La segunda, que el estado anímico con el que se emprende una tarea afecta a su resultado. Se genera por tanto un «círculo virtuoso»: mejorando el trabajo, se mejora el estado anímico, que ayuda a mejorar el trabajo, que ayuda a mejorar…
De hecho, tanto el desempeño como la satisfacción en relación al trabajo dependen de como se ejecuta cada una de las “tareas” o actividades previstas, ya sea en una jornada o en un periodo de tiempo más largo. Y la ejecución de una tarea depende básicamente de 3 factores; del contenido de la propia tarea (el qué); de las condiciones de su autor (el quién); y del resultado de la tarea (para quién).
En base a esos 3 parámetros nos podemos marcar 3 líneas de mejora o indicadores:
- QUÉ: Productividad y calidad de la tarea. Cuánto tiempo se ha tardado en hacerla y lo bien que se ha hecho. Aspectos adicionales a considerar: interrupciones, cambios de tarea, llamadas, visitas, etc.
- QUIÉN: Satisfacción. Como te has sentido realizando la tarea y como te sientes ahora que está acabada. Aspectos a considerar son: ¿era el mejor momento para hacerla? ¿tu estado anímico era el más adecuado o estabas demasiado excitado, preocupado por otros asuntos?, etc.
- PARA QUIÉN: Valor. Qué opina el receptor de tu tarea (un cliente, un superior o un compañero, etc) ¿puede aportarte información para que en otra ocasión puedas realizarla mejor?
Teniendo en cuenta todo lo anterior, esta es la metodología que te propongo para mejorar tanto tu satisfacción como tu desempeño. Consiste en aplicar estos nueve consejos dedicando unos diez o quince minutos al día:
- Al principio de la jornada, dedica unos minutos para organizar el tiempo. Revisa la lista de tareas que debes o quieres realizar.
- Ordena las tareas previstas: define el orden en el que crees que las podrás realizar.
- Establece los momentos de descanso (hora y duración) para actividades como el almuerzo, las llamadas personales, leer el periódico, etc. Procura cumplir esa agenda.
- Establece las horas y los tiempos que destinarás a cada tarea.
- Ponte en marcha y después de cada tarea, pon una nota del 0 al 10 a su realización. Si no has puesto un 10, anota un pequeño comentario sobre la causa.
- Sigue con el plan previsto del día.
- Al final del día: Pon una nota global a la jornada y dedica unos minutos a revisar los comentarios que has anotado. ¿Qué puedes cambiar para que mejore la situación en relación al Que, el Quien y el Para Quien?
- Planifica el día siguiente.
- Recoge y ordena tu zona de trabajo y despídete de ella hasta mañana.
Si cumples este protocolo durante varios días, te sorprenderá comprobar cómo las notas medias van mejorando rápidamente.
Para terminar, te dejo con este video de Stephen Covey: Priorizando lo primero.
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=5o7xlALI0zo&w=560&h=315]
Espero te resulte tan útil e inspirador como a nosotros.