Mindfulness & Neuroliderazgo

Mejorar el ambiente de trabajo a través del lenguaje positivo

Las palabras son especialmente poderosas: lo que decimos es capaz de influir en cuestiones tan importantes como el pensamiento, la actitud, e incluso, la salud. La buena noticia es que se puede entrenar el lenguaje para cambiar, no sólo la propia mente sino la misma realidad.

Desde esta perspectiva, hoy proponemos un “plan lingüístico” de especial aplicación en el ámbito profesional. Se trata de pequeñas cosas que puedes hacer para mejorar las relaciones profesionales y el ambiente en el lugar de trabajo. Te sentirás más a gusto con unas que con otras… ¡elige las tuyas y ponlas en práctica!

El primer paso imprescindible en este proceso es tomar conciencia del lenguaje que utilizamos con nosotros mismos y con los demás. ¿Es el adecuado?

Pequeñas cosas que puedes hacer para mejorar la sensación de bienestar de tus compañeros de trabajo son:

Decorar con palabras positivas. Se trata de hacer visible aquellas frases o expresiones que refuerzan la sensación de bienestar, la creatividad el “buen rollo”. Por ejemplo, con un post-it cerca de la cafetera o un póster en la sala de reuniones. Lo importante es incorporar las palabras adecuadas que provocan un “sentirse bien”.

Sorprender con un detallito de vez en cuando. Un comentario amable sobre un trabajo bien hecho, algo rico para compartir o un café preparado a gusto del consumidor, van a conseguir que la persona destinataria de esa atención se sienta mucho mejor.

Reuniones positivas, centradas en las fortalezas de cada uno, en la perspectiva de lo positivo para construir luego aquello que es necesario mejorar. Disminuir el uso del verbo SER en beneficio de otros menos limitantes como ESTAR, PARECER o COMPORTARSE. Especialmente cuando se expresan críticas o necesidades de mejora. No es lo mismo decir “eres poco cuidadoso” que “te has comportado como alguien poco cuidadoso”. Lo segundo se puede cambiar, lo primero no.

Demostrar interés real. Tras hacer preguntas del estilo de  “¿Cómo estás?” o “¿Cómo ha ido la presentación?” hay que prestar atención a la respuesta, tanto exterior como interiormente, apartando no sólo las distracciones digitales (pantallas, móvil…) sino también los argumentos, prejuicios, o interpretaciones personales que limitan la empatía. Escuchar la respuesta con mente abierta.

Dar importancia a la voz humana. Evitar el abuso del email o el WhatsApp, especialmente si puede ser más efectivo o beneficioso una llamada o una visita a la mesa de nuestro interlocutor.

Como decíamos al inicio de este texto, son sólo pequeñas cosas que puedes hacer. Sin embargo, el impacto que tendrán tanto en la mejora del ambiente de tu organización como en la sensación de bienestar de las personas, será muy positivo.

portada_la-ciencia-del-lenguaje-positivo_luis-castellanos_201512281848

 

Lectura recomendada

Este post está inspirado en el libro de Luis Castellanos, Diana Yoldi y José Luis Hidalgo “La ciencia del lenguaje positivo. Cómo nos cambian las palabras que elegimos

A lo largo de esta interesante publicación, se revisan los efectos que tiene el uso de determinadas palabras positivas en la actitud y actividad de las personas, proponiendo un plan para tomar posesión de nuestras palabras y aprender las técnicas y habilidades necesarias para lograr un lenguaje positivo.

Más información sobre el libro.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.