Iniciamos un nuevo año, y es el momento ideal para hacer un proceso de reflexión que te permita aprovechar el aprendizaje realizado durante los últimos 12 meses para, a partir de tu presente, iniciar una transición segura hacia tu futuro deseado.
Para ayudarte a realizar este proceso con eficacia, te proponemos una metodología en cuatro pasos que puedes recorrer en una misma jornada o que puedes ir realizando en distintos días. Lo importante es que te procures un entorno tranquilo y sin distracciones. Busca un lugar cómodo y configura tus dispositivos móviles en modo avión.
1. Identificar los obstáculos. Es el primer paso (o más bien el paso previo) que resulta muy importante para ser consciente de tus “enemigos interiores”. Para que te resulte más fácil completar esta primera fase, escribe una frase que empiece por “Cuando estoy creando mi visión de futuro, tengo miedo/me preocupa que:….” Y a continuación una lista de estos miedos y preocupaciones. La lista puede ser todo lo larga que quieras. Cuando termines, levántate, muévete y respira profundamente. Bebe agua o toma un café o infusión. Tienes que cambiar el modo “preocupación” por un modo más positivo.
2. Revisión de los últimos doce meses. Vuelve a tu escenario de reflexión, ese lugar tranquilo y sin interrupciones para centrarte en pasar revista al año pasado. Te puede ayudar coger tu agenda y revisar todo lo que tienes apuntado. Si llevas un diario personal, también te puede resultar muy útil. O simplemente, mira las fotos de tu móvil del último año para que vuelvan a tu memoria los acontecimientos más importantes de los últimos doce meses.
Ve anotando todo lo que te parezca significativo. No importa si los recuerdos son cronológicos o no, anota todo lo que te parezca relevante. Tal vez te ayude hacer esta revisión, revisar tus últimos doce mese por ámbitos profesionales o vitales, centrándote en cada momento en un aspecto concreto de tu vida. Por ejemplo responde a la pregunta ¿Qué ha pasado el último año en relación a mi trabajo? Y simplemente anota todo lo que te parezca relevante.
Algunos ejemplos de ámbitos a revisar serían:
• Trabajo cotidiano
• Finanzas
• Inversiones
• Creatividad
• Retos y logros
• Y por supuesto, todo lo personal que también sea relevante para ti: relaciones románticas, amistades, familia, autocuidado, diversión, emociones…
• También puedes preguntarte sobre lo que te ha desorientado, por ejemplo “¿Qué experiencias desorientadoras tuve el año pasado? Y anota lo que te parezca más relevante.
Una vez hayas terminado de revisar y anotar todo lo relevante, relee lo que has apuntado y responde la siguiente pregunta: ¿Qué he aprendido con todo esto?
Si realizas por primera vez este ejercicio de reflexión, a continuación algunas preguntas que te pueden ayudar a identificar las lecciones que te ha mandado “el universo”. ¿Qué lecciones he aprendido? ¿Qué aprendí sobre mí y sobre la vida? ¿Quién era yo en ese momento? ¿Cómo he cambiado? ¿Qué aprendí sobre los demás? ¿Qué he aprendido sobre el mundo? ¿Qué cosas me han cambiado?
Con esto terminaría la segunda fase, la de revisión del pasado. De nuevo, levántate, tómate una pausa, respira y prepárate para cambiar de modo.
3. Evaluación del presente. Esta tercera parte se centra en hacer “la foto” de tu vida en este momento para poder diseñar la transición del pasado que acabas de analizar hacia un futuro deseado. De nuevo vas a necesitar papel y lápiz. Esta vez para escribir lo que llegue a tu mente para cada una de estas palabras:
• economía personal, finanzas
• carrera/trabajo/empresa
• crecimiento profesional
• amistades
• familia
• amor
• salud
• creatividad
• tiempo de ocio, diversiones
• solidaridad, responsabilidad social
• desarrollo personal
• calidad de la vida en general
Para terminar, valora cada una de estas áreas del 1 al 10.
¡Fase terminada! Tómate una pausa y sonríe, porque llega la mejor parte.
4. Crea tu futuro. Es el momento de elegir tus sueños y objetivos para el próximo año. De nuevo necesitarás un entorno tranquilo y sin interrupciones, pero esta vez intenta encontrarlo dando un paseo por la naturaleza, observando un paisaje de calma, sentado cerca del agua…. Y llévate contigo estas preguntas: ¿Qué es lo que quiero lograr este año? ¿En qué me quiero convertir este año? ¿Qué es lo más parecido a un día perfecto para mí? ¿Cómo quiero sentirme cada día del próximo año? ¿Por qué cosas siento gratitud?
Si estás andando en el exterior, puede ser complicado escribir las ideas que te vengan a la mente, pero tal vez puedas utilizar la herramienta de grabación de tu teléfono móvil para ir grabando notas de voz con las ideas que te parezcan más relevantes, ya las transcribirás más adelante. Pero no intentes contestar estas preguntas, simplemente graba todas las ideas que lleguen a tu mente y te parezcan relevantes. No intentes tampoco organizar ni clasificar. Ahora no. Solo escúchate.
Lo único que debes tener en cuenta en esta fase es registrar las ideas en presente: “Tengo una maquinaria nueva” en lugar de “Compraré una nueva maquinaria” y en positivo, “Tenemos un excelente protocolo de Prevención de Riesgos Laborales” en lugar de “No tenemos accidentes en la planta de envasado”.
Si no surge nada en un primer intento, no te preocupes. Repite la experiencia unos días más tarde. Y siempre que sientas que necesitas diseñar tu futuro.
Cuando termines este proceso de creación, y para ello tómate todo el tiempo que consideres necesario, elige tu tema o frase corta que resuma tu próximo año, tus sueños más deseados. Por ejemplo, 2022 “el año de la rentabilidad” o “el año del crecimiento”, “el año de la seguridad financiera” y recuerda esta día cada día cuando te levantes.